"Retrato de Adele Bloch-Bauer I" es una pintura de Gustav Klimt, completada en 1907. Esta obra icónica es famosa por su belleza impactante y su detalle intrincado, típico de la fase dorada de Klimt. El retrato representa a Adele Bloch-Bauer, una rica mecenas y amiga del artista, en una pose majestuosa, adornada con telas lujosas y patrones intrincados. El uso de pan de oro en el fondo añade opulencia y profundidad a la pintura. "Retrato de Adele Bloch-Bauer I" es considerado una de las obras maestras de Klimt y es un ejemplo quintesencial de su estilo único y visión artística.