La “Venus” de Sandro Botticelli, también conocida como “El nacimiento de Venus”, es una de las obras más emblemáticas del Renacimiento italiano. Pintada alrededor de 1485, esta obra maestra se exhibe en la Galería Uffizi de Florencia. La pintura representa a Venus, la diosa romana del amor y la belleza, emergiendo de una concha en la orilla del mar, una escena inspirada en la mitología clásica.

En la obra, Venus aparece desnuda, cubriendo pudorosamente su cuerpo con su largo cabello dorado. A la izquierda, el dios del viento Céfiro, acompañado de una ninfa, sopla suavemente, impulsando la concha hacia la orilla. A la derecha, una de las Horas, personificación de las estaciones, espera con un manto floreado para cubrir a Venus.

El estilo de Botticelli se caracteriza por líneas elegantes y fluidas, colores suaves y una composición equilibrada que transmite un sentido de armonía y gracia. La pintura celebra la belleza idealizada y la pureza, temas centrales en el arte del Renacimiento.

El nacimiento de Venus

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La “Venus” de Sandro Botticelli, también conocida como “El nacimiento de Venus”, es una de las obras más emblemáticas del Renacimiento italiano. Pintada alrededor de 1485, esta obra maestra se exhibe en la Galería Uffizi de Florencia. La pintura representa a Venus, la diosa romana del amor y la belleza, emergiendo de una concha en la orilla del mar, una escena inspirada en la mitología clásica.

En la obra, Venus aparece desnuda, cubriendo pudorosamente su cuerpo con su largo cabello dorado. A la izquierda, el dios del viento Céfiro, acompañado de una ninfa, sopla suavemente, impulsando la concha hacia la orilla. A la derecha, una de las Horas, personificación de las estaciones, espera con un manto floreado para cubrir a Venus.

El estilo de Botticelli se caracteriza por líneas elegantes y fluidas, colores suaves y una composición equilibrada que transmite un sentido de armonía y gracia. La pintura celebra la belleza idealizada y la pureza, temas centrales en el arte del Renacimiento.